jueves, 25 de noviembre de 2010

Castigos en clase

Como algunos de vosotros sabéis, trabajar en un instituto de secundaria (ya sea enseñando un idioma o física) no es facil por múltiples factores conocidos por todos.
Pues bien, ayer, mientras estaba en la sala de profesores del instituto donde trabajo, escuché una conversación entre dos profesores ya expertos; uno de ellos le explicaba al otro la tortura que le producía dar clases a ciertos alumnos por su conducta, falta de interés, olvido (¿deliberado?) de materiales, ruido constante en clase, etc. Muchos de nosotros le podríamos hablar de la autonomía del alumno, de la implicación en la asignatura a través de la negociación, del uso de las NT ... pero conozco la realidad de la que hablaba esa persona porque, en cierta medida, a mí me ocurre lo mismo en mis clases a pesar de "mis clases accionales". Sin embargo no fue esto lo que le dijo el otro colega de profesión sino que le explicó el sistema que utiliza él para controlar la cháchara en clase.
Su método consiste en anular una parte de la pizarra para escribir en ella a los alumnos que hablan (no atienden) en clase. Así pues, cuando ve a un alumno hablando o riendo con otro, escribe su nombre excepto la última letra en la pizarra, y sigue explicando. El alumno sabe que la próxima vez que le vea hablando, el porfesor escribirá la letra que falta para completar su nombre y que indicará que tendrá que hacer un trabajo para el próximo día (los trabajos suelen ser copiar o traducir un texto bastante largo) que el profesor no corregirá.
Si el alumno no entrega el trabajo al día siguiente, el profesor dobla el castigo (en vez de un texto serán dos) y si se niega a entregarlo, el profesor llama por teléfono a los padres.
Lo sorprendente es que, según él, este método funciona muy bien y los alumnos que en otras cosas crean problemas en la suya, si bien no trabajan siempre, son unos angelitos en el comportamiento.
Quería compartir esto con vosotros para saber qué pensáis. Evidentemente, no es lo mismo enseñar en secundaria que en una academia, pero sería interesante conocer vuestra postura.

4 comentarios:

  1. Curioso castigo, ¿de verdad le funciona? Estoy sorprendida de que así sea. ¿Los niños son sancionados también por sus padres?

    Si te digo la verdad, Manuel, creo que hay que a los profesores que trabajáis con adolescentes hay que haceros un momumento. No es una tarea nada fácil estar en una clase con alumnos que tienen las hormonas disparadas y a los que les falta concentración o interés.

    Yo ya no sé qué pensar, la verdad. Creo que son muchos los factores que influyen en los comportamientos de los adolescentes hoy en día. Recuerdo mi estupefacción cuando hice las prácticas del CAP en el mismo IES donde yo había estudiado y la diferencia tan grande que encontré. Es cierto que se me puede reprochar que ahora lo veía desde el punto de vista de la docente y no de la alumna, pero puedo asegurar que el ecosistema de aula no es como el de antes.

    Cuando yo estaba en el instituto que el profesor dijera que te mandaba al jefe de estudios te provocaba una gran desazón y que dijera que iba a llamar a tus padres era el acabose. También es verdad que había personas que suspendían y repetían, pero de los 32 alumnos de clase eran tres o cuatro. Ahora es todo lo contrario. En fin, no sé...

    El otro día me hizo pensar el título de un post de Dolors Reig en el caparazón: ¿Sólo valoran la libertad los que nacieron antes que ella? Creo que en la respuesta a esa pregunta está la explicación a muchas de las cosas que ocurren hoy en día.

    En fin, no te doy más la tabarra. Un abrazo :).

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  2. Hola Maribel, gracias por tu mensaje.
    Es verdad que trabajar con alumnos de esas edades no es nada facil porque tienen tantas otras cosas en las que pensar... Yo intento recordar cómo eran mis clases de insitituto siendo adolescente y de lo poco que recuerdo es de que a pesar de que estaba en uno de esos instituos considerados de "cierto riesgo" por la zona donde se encontraba, nuestra actitud era más respetuosa.
    Entre los colegas de mi instituto la sensación que nos invade con respecto a los alumnos es la de falta de interés (todo me da igual). Como he dicho en el post, alguine podrá alegar que la culpa no es de los alumnos sino del sistema. Puede ser, pero cuando yo veo que los alumnos se pelean por sentarse en la última fila y que no sacan su cuaderno si tú no se lo dices, yo creo que simplemente ese gesto demuestra que, de por sí, no tengo ganas de escribir-leer-trabajar.
    Todos los días no se pueden trabajar canciones.

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  3. Bueno, para no entrar en detalles (tengo que preparar la comida) dos cosas:

    1- Si preguntas a los alumnos si les gustaría ser profes en un instituto te dicen invariablemente que ni locos.

    2- El viernes después de una actividad fuera del centro fuimos a tomar algo con los alumnos y uno de ellos empezó a contar las barbaridades que hacía en clase un profesor afortunadamente ya jubilado. Otra alumna que no lo había sufrido preguntó: " y porqué no lo despedían"?

    3- Si motivas no te hace falta castigar, el chaval sin ganas de aprender es la excepción.

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  4. A mi no me gustan mucho los castigos. Prefiero trabajar preventivamente, es decir gestionar las normas con los alumnos dejando muy claro desde el principio lo que para mi es tolerable y lo que no.
    Es tolerable, por ejemplo: que hagan un poco de ruido cuando trabajan con compañeros.
    Lo que no: que hablen o no estén atentos cuando yo les explico algo.
    Al principio de cada curso, utilizo una hora de clase para fijar las normas de la clase con ellos y también para decidir cual será la consecuencia del incumplimiento de la norma (la multa). Me parece esencial que las normas sean consensuadas y firmadas por cada alumno.
    He ido haciendo a lo largo de mi carrera docente un montón de formaciones para aprender a gestionar el grupo-clase, asertividad, gestión de conflictos, gestión mental, análisis transaccional etc. etc. etc y a través de ellas he ido construyendo mi “ser profesor” en clase. La verdad es que he aprendido mucho. Recuerdo una de ellas, como aprendimos a marcar nuestra autoridad con actitudes corporales, con el tono de la voz y con la mirada. Tenemos que hacerles sentir en todo momento a nuestros alumnos que estamos en la “posición alta” de la comunicación y que somos los expertos. Creo que hay que ir intentando cosas y a ver qué pasa.
    Hay cosas que me funcionan muy bien: por ejemplo, enfadarme en español con ellos. Realmente se quedan impresionados, porque empiezo a hablar en voz alta (generalmente hablo con un tono de voz mas bien bajo que les obliga a callarse para escucharme), a hacer muchos gestos y a hablar muy deprisa.
    Algo que me parece esencial también es pasar mas tiempo premiando y animando que castigando o riñendo en clase. No es normal que pasemos mas tiempo con los alumnos que no hacen su trabajo o que no son disciplinados que con los otros. A menudo escribo comentarios y doy buenas notas a los alumnos que cumplen las normas o que destacan por su buen trabajo.
    Es verdad que los adolescentes son un publico complicado. Pero qué satisfacción cuando conseguimos interesarles por algo y que observamos cambios positivos en su comportamiento. Es difícil pero no imposible. Creo que lo importante es irse poniendo pequeñas metas desde la convicción profunda de que uno no nace profesor sino que se hace…

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